El partido de llerena a finales del XVIII

El partido de llerena a finales del XVIII

viernes, 11 de marzo de 2011

EFECTOS EN LLERENA DEL TERREMOTO DE LISBOA EN 1755

Las placas de la Litosfera


Representación del terremoto de Lisboa

I.- LOS TERREMOTOS La prensa de hoy (11/93/2011) trae como noticia de portada el terremoto y tsunami que han padecido en la costa oriental del Japón, dando cuenta de los daños sufridos, especialmente del millar largo de muertos que ha provocado. Igualmente ésta ha sido la portada de los telediarios del mediodía, en donde la tecnología actual ha permitido observar con detalles los estragos de este terremoto de intensidad entre 8 y 9 grados de la escala de Richter, localizando el epicentro a unos 130 Kms. de la costa y a una profundidad (hipocentro) de 20 kms., es decir, muy similar a las características que se le supone al terremoto de Lisboa en 1755.

Afortunadamente, también la tecnología aplicada en la construcción de edificios ha amortiguado el número de víctimas en este terremoto de Japón, fortuna que no existió en el caso reciente de Haití (un mes después la situaciónse ha complicado extraordinariamente, con más de 40.000 muertos y desaparecidos y con unos efectos colaterales perversos derivados del descontrol radiactivo).

Pues bien, un terremoto se origina como consecuencia de la liberación brusca de parte de la energía del interior de la tierra, buscando el reajuste de materiales y el equilibrio perdido. Se asocian a los bordes de las placas de la Litosfera, junto a volcanes y otros fenómenos tectónicos.

La Litosfera, o capa más superficial de la Tierra, no es continua sino que está fragmentada en una serie de placas, en cuyos bordes se genera la mayor parte de los fenómenos tectónicos que nos ocupan. Esto es debido a que en dichos bordes suelen aparecer fuerzas convergentes (choque de placas, en los que se destruye litosfera oceánica) o divergentes (donde se genera litosfera y se abren los océanos). Por estas circunstancias, los océanos aparecen y desaparecen, trasladando a los continentes de una posición a otra.

La intensidad con que se manifiestan los terremotos depende de muchos factores y se mide siguiendo distintas escalas, entre ellas la de Mercalli (1902), graduada atendiendo al efecto o daño producido en las estructuras y en la sensación percibida por la gente. Se expresa en números romanos y es proporcional, es decir, que una intensidad IV es doble que la de II, por ejemplo. Se trata, por lo tanto, de una escala subjetiva, para cuya medición se recurre a encuestas, referencias periodísticas, la observación, etc. Su creador consideraba 12 grados de intensidad: I. Sacudida sentida por muy pocas personas en condiciones especialmente favorables. II. Sacudida sentida sólo por pocas personas en reposo, especialmente en los pisos altos de los edificios. Los objetos suspendidos pueden oscilar. III. Sacudida sentida claramente en los interiores, especialmente en los pisos altos de los edificios, muchas personas no lo asocian con un temblor. Los vehículos de motor estacionados pueden moverse ligeramente. Vibración como la originada por el paso de un vehículo pesado. Duración estimable. IV. Sacudida sentida durante el día por muchas personas en los interiores, por pocas en el exterior. Por la noche algunas despiertan. Vibración de vajillas, vidrios de ventanas y puertas; los muros crujen. Sensación como de un vehículo pesado chocando contra un edificio, los vehículos de motor estacionados se balancean claramente. V. Sacudida sentida casi por todo el mundo; muchos despiertan. Algunas piezas de vajilla, vidrios de ventanas, etcétera, se rompen; pocos casos de agrietamiento de aplanados; caen objetos inestables. Se observan perturbaciones en los árboles, postes y otros objetos altos. Se detienen de relojes de péndulo. VI. Sacudida sentida por todo mundo; muchas personas atemorizadas huyen hacia afuera. Algunos muebles pesados cambian de sitio; pocos ejemplos de caída de aplacados o daño en chimeneas. Daños ligeros. VII. Advertido por todos. La gente huye al exterior. Daños sin importancia en edificios de buen diseño y construcción. Daños ligeros en estructuras ordinarias bien construidas; daños considerables en las débiles o mal proyectadas; rotura de algunas chimeneas. Estimado por las personas conduciendo vehículos en movimiento. VIII. Daños ligeros en estructuras de diseño especialmente bueno; considerable en edificios ordinarios con derrumbe parcial; grande en estructuras débilmente construidas. Los muros salen de sus armaduras. Caída de chimeneas, pilas de productos en los almacenes de las fábricas, columnas, monumentos y muros. Los muebles pesados se vuelcan. Arena y lodo proyectados en pequeñas cantidades. Cambio en el nivel del aguade los pozos. Pérdida de control en la personas que guían vehículos motorizados. IX. Daño considerable en las estructuras de diseño bueno; las armaduras de las estructuras bien planeadas se desploman; grandes daños en los edificios sólidos, con derrumbe parcial. Los edificios salen de sus cimientos. El terreno se agrieta notablemente. Las tuberías subterráneas se rompen. X. Destrucción de algunas estructuras de madera bien construidas; la mayor parte de las estructuras de mampostería y armaduras se destruyen con todo y cimientos; agrietamiento considerable del terreno. Las vías del ferrocarril se tuercen. Considerables deslizamientos en las márgenes de los ríos y pendientes fuertes. Invasión del agua de los ríos sobre sus márgenes. XI. Casi ninguna estructura de mampostería queda en pie. Puentes destruidos. Anchas grietas en el terreno. Las tuberías subterráneas quedan fuera de servicio. Hundimientos y derrumbes en terreno suave. Gran torsión de vías férreas. XII. Destrucción total. Ondas visibles sobre el terreno. Perturbaciones de las cotas de nivel (ríos, lagos y mares). Objetos lanzados en el aire hacia arriba. Posteriormente apareció otra escala, la de Richter, más realista que la anterior, pues considera la energía sísmica liberada en cada terremoto y se basa en el registro sismográfico. Se trata, por lo tanto, de una escala que crece en forma potencial o semilogarítmica, de manera que cada punto de aumento puede significar una liberación de energía diez o más veces mayor, es decir, en este caso una magnitud 4 no es el doble de otra de 2, sino 100 veces mayor. La escala que propone Richter considera las siguientes intensidades: 0.0 - 3.5: Generalmente no se siente, pero es registrado 3.5 - 5.4: A menudo se siente, pero sólo causa daños menores. 5.5 - 6.0: Ocasiona daños ligeros a edificios. 6.1 - 6.9: Puede ocasionar daños severos en áreas muy pobladas. 7.0 - 7.9: Terremoto mayor. Causa graves daños. 8 o mayor: Gran terremoto. Destrucción total.

Una buena manera de identificar la energía liberada por un terremoto, según la escala de Richter, es compararlo con la energía de la detonación de TNT, apreciando así el crecimiento semilogarítmico al que hicimos referencia. Magnitud Richter/ Equivalencia en TNT/ Ejemplo -1.5/ 1 gr/ Romper una piedra 1.0/ 6 onzas/ barreno pequeño 1.5/ 2 libras 2.0/ 13 libras 2.5/ 63 libras 3.0/ 397 libras 3.5/ 1000 libras Mina 4.0/ 6 tn 4.5/ 32 tn/ Tornado 5.0/ 199 tn 5.5/ 500 tn/ Terremotos 6.0/ 1.270 tn 6.5/ 31.550 tn 7.0/ 199.000 tn 7.5/ 1 Megatón 8.0/ 3.27 Megatones 8.5/ 31.55 Megatones 9.0/ 200 Megatones 10.0/ 6.300 Megatones Falla de San Andrés 12.0/ 1 Gigatón Romper la tierra en 2 o Energía solar diariamente recibida

II.- EL TERREMOTO DE LISBOA EN 1755 Tuvo lugar la mañana del día de Todos los Santos y, según apreciaciones posteriores, el epicentro debió localizarse en el océano Atlántico, a unos 200 Km. al suroeste de cabo San Vicente, intuyendo que su magnitud debió estar entre 8 y 9 grados de la escala de Richter.

Los informes de la época indican que duró entre tres minutos y medio y seis minutos, produciendo grietas gigantescas de cinco metros de ancho en el centro de ciudad. Los supervivientes, huyendo en pos de seguridad al espacio abierto que constituían los muelles, pudieron observar cómo el agua empezó a retroceder, dejando al descubierto el lecho del mar. Cuarenta minutos después le siguieron tres tsunamis con olas de entre 6 y 20 metros que engulleron el puerto y la zona del centro, subiendo aguas arriba por el río Tajo.

En cuanto a las pérdidas humanas, en Lisboa, de una población de 275.000 habitantes, unos 90.000 murieron. Otros 10.000 sucumbieron en Marruecos, mientras que en Ayamonte fallecieron más de 1.000 personas, por citar algunos ejemplos

En España, Fernando VI, ante la magnitud del fenómeno, una semana más tarde del triste suceso ordenó al gobernador del Supremo Consejo de Castilla la preparación de un informe sobre el terremoto. Para realizar tan magna encuesta se elaboró un cuestionario de ocho preguntas dirigidas a las personas de «mayor razón» de las capitales y pueblos de cierta importancia, para que contestaran lo más rápido posible y con sus respuestas tener una idea más acertada de la incidencia del terremoto en el reino.

Las preguntas eran las siguientes:

1. ¿Se sintió el terremoto?

2. ¿A qué hora?

3. ¿Qué tiempo duró?

4. ¿Qué movimientos se observaron en los suelos, paredes, edificios, fuentes y ríos? 5. ¿Qué ruinas o perjuicios se han ocasionado en las fábricas?

6. ¿Han resultado muertes o heridas en personas o animales?

7. ¿Ocurrió otra cosa notable?

8. Antes de él ¿hubo señales que lo anunciasen?

Se recibieron respuestas de 1.273 localidades, entre ellas las de Llerena, que se guardan en el Archivo Histórico Nacional, documentación que ha sido recopilada y publicada hace unos años por J. M. Martínez Solares en "Los efectos en España del terremoto de Lisboa" (Ministerio de Fomento, Madrid, 2001).

III.- SU INCIDENCIA EN LLERENA Del autor últimamente citado copiamos textualmente la información dada desde Llerena por don José de Tena y Cuenca, el alcalde mayor de la ciudad y su partido: Llerena, 27 de noviembre de 1755 Ilmo Sr. (Obispo de Cartagena) En observancia de la Orden de V. I. de 8 de este mes, sobre que informe los estragos que causó el terremoto del día primero, así en esta ciudad como en los pueblos de su jurisdicción, debo informar a V. I.:

Que a la hora de las nueve y tres cuartos de la mañana del referido día, estando en sus parroquias cantando la misas de tercias, sin haberse advertido señal alguna se oyó estruendo como de coches y, al mismo tiempo temblar la tierra, paredes de edificios, Iglesias y casas, tocarse por sí sólo el reloj que está en la torre de la mayor y Parroquia de Nuestra Señora Santa María de la Granada, Patrona de esta ciudad, que parecía se arruinaba todo, se acababa el mundo y perecían los fieles, mayormente cuando se vio que la dicha torre, que es fortísima y de mucha altura, ancha y muy hermosa y de las mejores de nuestra España se vencía de un lado a otro, y que el último cuerpo se precipitaba a la tierra, como la de la capilla del Señor San Juan Bautista, y otras obras, retablos y paredes.

Cada uno procuraba sólo, turbado, liberarse del riesgo, y clamar a la Divina Majestad, pidiendo misericordia, e implorando el auxilio de Nuestra Señora de la Granada. El cual terremoto duró como diez minutos

Y según informe de los prelados de los conventos se padeció la siguiente ruina: El convento de Santo Domingo, extramuro de la ciudad, se abrió la bóveda de la Capilla Mayor por cuatro partes, con diferentes rajas, los arcos torales, bóvedas, paredes colaterales, la de la fachada de la Iglesia con rajas, y esta última con dos de arriba abajo; tres paredes sentidas,; está cuarteada la bóveda de la meseta de la escalera, y estalladas dos vigas y dos maderos.

El convento de San francisco de la Regular Observancia, se halla abierta la bóveda de la Iglesia desde el testero de la puerta principal hasta el arco toral, y de allí adentro, el arco colateral de la media naranja de la Capilla Mayor, y tiene dos hiendas; y conmovidas las tijeras del temblor de las tejas; muchas paredes fuera de su lugar, y algunas sentidas con rajas; un tejado maltratado y todo el convento amenaza ruina, según informe del Guardián.

El convento de San Sebastián, de la Orden descalza de San Francisco, : se le cuarteó la bóveda de la portería; en la Iglesia, la pared maestra que cierra la media naranja se abrió por una esquina; la bóveda del coro quedó abierta por tres partes y el arco abierto por el medio y tercios. Por la parte exterior, la esquina que mira al mediodía se abrió por dos partes. La azotea, al salir del profundis, se quitó por medio, y los tejados de los desvanes quedaron maltratados y quebrado un madero. En el claustro alto, la pared correspondiente a la Iglesia se abrió por varias hiendas, y una tribuna que cae a la Capilla mayor se abrió por dos partes.

Los tres conventos relacionados están extramuros de la ciudad.

El convento de Santa Clara de Religiosas Francisca: las bóvedas de su Iglesia se abrieron, se sintieron las paredes de adentro las más; y en la bóveda del coro se abrió una raja; en el compás, una pared; y en el dormitorio se quebraron dos maderos.

En el convento de monjas de Santa Isabel, de la misma Orden, se abrieron dos rajas den las bóvedas de la Iglesia y Coro alto, dos paredes del dormitorio y otros dos de los graneros se corrieron. Lo mismo le sucedió a las bóvedas de una grada alta.

Además de lo expresado se registraron en varias casas y calles de esta Ciudad diferentes paredes con hiendas, y sentidas, pero por la bondad infinita de Dios, e intercesión de la Reina de los Ángeles María Santísima de la Granada, no se experimentó muertes ni heridas de persona alguna, caída de templos, casas, ni otros edificios procedidas de dicho terremoto, atribuyéndolo con sana fe estos naturales y vecinos a milagro de la Soberana Reina, que es su asilo y protectora en todas su aflicciones.

Y, en hacimiento de gracia se celebró novenario por todas las comunidades de esta Ciudad y, en el último día, procesión general con la solemnidad mayor y en la Capilla donde Su Majestad está colocado, aunque estrecha por estar su Iglesia derribada desde el año de 1746, que por falta de interés sólo se ha reedificado un tercio. Dios guarde a V. I muchos años…

4 comentarios:

Jose Gallardo Moya dijo...

Estimado señor:

¿Tiene usted noticia de un terremoto que se dejó sentir en Llerena en torno a 1590? Si dispusiera de alguna información, le agradecería enormemente que me la hiciera llegar, pues me permitiría enriquecer un aspecto de mi tesis. Puede escribirme a: josgalmo@gmail.com. Muchas gracias por su atención. Jose.

Jose Gallardo Moya dijo...

Estimado señor:

¿Tiene usted noticia de un terremoto que se dejó sentir en Llerena en torno a 1590? Si dispusiera de alguna información, le agradecería enormemente que me la hiciera llegar, pues me permitiría enriquecer un aspecto de mi tesis. Puede escribirme a: josgalmo@gmail.com. Muchas gracias por su atención. Jose.

MANUEL dijo...

Estaré al tanto y si localiza algo te lo haré saber
Saludos
M. M.

Anónimo dijo...

Hola Manolo:
He tenido acceso a cierta información sobre este terremoto en Llerena. Si te interesa házmelo saber.
Mi correo elgoga@msn.com
Un abrazo
Eliseo

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