El partido de llerena a finales del XVIII

El partido de llerena a finales del XVIII

domingo, 20 de julio de 2014

TRASIERRA: FIESTA DE SAN ANTONIO EN 1925



 
 

 

Pocos días después de las fiestas patronales de 1925, el corresponsal de Trasierra en el diario de Badajoz redactó una crónica alusiva a las mismas. Se trataba de Manuel Morillas Garrido, uno de los hijos de la histórica maestra de Trasierra, doña Elena Garrido, casada con Manuel Morillas, carpintero de oficio. Este matrimonio llegó a nuestra localidad a finales de la segunda década del pasado siglo, instalándose en la vivienda señalada con el número 16 de la actual calle de la Seda, precisamente en el domicilio familiar del improvisado cronista que ahora lo recoge en estas páginas. Se trataba de una familia culta por oficio pues, al margen de Doña Elena, sus hijos (José, Manuel, Enrique y Elena) también ejercieron el magisterio por este y otros pueblos del contorno. En concreto, José fue maestro y alcalde de Trasierra, Elena ejerció como maestra de Granja y Manuel, nuestro culto cronista y corresponsal, en la vecina localidad de Fuente del Arco, villa hermana donde prematuramente falleció el 16 de enero de 1926, pocos meses después de firmar esta crónica. Antes de sorprenderle la muerte tuvo la oportunidad de dejar numerosas crónicas sobre Trasierra en distintos periódicos de la época, dando noticias de la vida social y de las distintas festividades locales (San Antonio, Fiesta de la Flor, Candelaria, el Cristo, los Cristos...)
            En esta ocasión, en su memoria y agradecimiento, transcribo textualmente su crónica sobre las fiestas de San Antonio en 1925, que decía así:
            El 13 de los corrientes se celebró en este pueblo con toda solemnidad y entusiasmo San Antonio. Ya en el día anterior, las campanas de la parroquia y los cohetes preludiaban las fiestas como preparando los ánimos para el día siguiente.
            Llegado el día, en las primeras horas de la mañana volvieron a sentirse campanas y cohetes para convocar al pueblo en el templo. Una banda de música (la de Llerena) amenizadora de las fiestas , recorría las calles con un alegre pasodoble.
            Predispuestos los ánimos nos dirigimos al templo, lugar donde se celebran los actos del día. Reunido casi todo el pueblo, se procedió a formar la procesión, compuesta por el estandarte de la Cruz, en primer termino; después interminable fila de fieles pertenecientes al género femenino ponían la nota pública de los pueblos pequeños en este caso, cual es ese raro e inarmónico conjunto de la indumentaria lujosa y varia de color; luego el Santo, las autoridades y la banda de música, que rompió eses monótono silencio que otras veces nos ha envuelto en este mismo caso. En el trayecto abundaron los cohetes y las salvas (advierto a quien corresponda que esa manera de echar la salva es brutal e imprudente, pues ya ha habido que lamentar perjuicio de consideración)
Recorrido el pueblo y de regreso al punto de partida, comenzó la misa; nuestro virtuoso párroco D. Santos Velázquez cantó magistralmente, oficiando el coro de ángeles que dirige el organista Sr. Hernando. En el ofertorio se cantó el hermoso himno de San Antonio
       Ocupado el púlpito por el párroco, este ensalzó la vida de San Antonio, en un sentido y elocuente panegírico. Al elevar el cáliz, la banda interpretó la Marcha Real, poniendo en nosotros una gran emoción religiosa.
         Terminada la misa, seguía el refresco para el que fuimos invitado y en unión de las autoridades, músicos y público nos dirigimos a la casa donde habría de tener lugar. Allí, el patrón de la fiesta, D. Antonio Rodríguez (Margallo), al que felicitamos, estuvo muy deferente con todo el mundo, ofreciendo un delicioso lunch; entre tanto, la banda de música hizo lo que pudo.
        Al terminar el refresco nos sorprendieron unas deliciosas parejitas preciosamente engalanadas con mantones de Manila y altas peinetas; llevaban un cestito con flores que prendían en la solapas de los hombres; la fiesta de la flor se celebraba aquel mismo día previo acuerdo de las autoridades con el laudable fin de unir lo recaudado a otra cantidad que el ayuntamiento designará y hacer una limosna de pan a los pobres el día de Santa Marta, patrona del pueblo. Unas bellas señoritas de esta localidad fueron las encargadas de premiar con una flor, a guisa de condecoración, el generoso desprendimiento de cuantos se tropezaban. Recorrieron todo el pueblo distribuidas en tres parejas: Carmen Murillo y Teodora Jiménez, Elena Morillas y Dolores de la Rosa, y  Dolores y Rafaela Burgos; todas muy simpáticas y rayando a gran altura en el desempeño de su cometido, llamando la especialmente la atención las señoritas Burgos por la igualdad y gallardía de sus tipos árabes, por sus ojos soñadores que verdaderamente sugestionaban etc., etc.


(Mocitas de Trasierra en 1928. Entre otras, reconocemos a Remigia Maldonado, Felipa Jiménez, Eulalia Jiménez, Dolores de la Rosa...)
 
Por la tarde, muy temprano, comenzaron los bailes durando toda la noche y en los que era materialmente imposible estar ni de pie. Allí se sudaba tinta; las parejas no se distinguían; todo era una masa compacta que parecía nadar en una charca de sudor !Ay Terpsícodes, con qué fanatismo te rendían culto¡
         El segundo día (son tres días de celebración) también hubo celebración religiosa por la mañana y por la noche bailes, y más bailes.
        El tercero, aunque no hubo función religiosa, los bailes no faltaron con el mismo entusiasmo que el primer día !La juventud es incansable¡ Así terminó la fiesta: con bailes.
        Sigue la crónica de Manuel Morillas con el siguiente comentario:
        Desde tiempo inmemorial se viene celebrando San Antonio en este pueblo. Es la más celebrada de todas las fiestas; el pueblo guarda para ella todas sus fuerzas, todo su entusiasmo, todo el lujo y todo lo que pueda contribuir para darle realce. Las jóvenes en expectación de destino cifran en ese día todas sus esperanzas. Los mozos, elegantemente almidonados, se disponen a “echar el rucho” (palabras textuales de un mozo).
            Pues bien, de poco tiempo a esta parte se viene notando cierto retraimiento en la celebración de la misma; es decir, que tiene tendencia a decaer, cosa que no debe ocurrir, siquiera por consideración y en honor al glorioso santo, tan venerado por las pasadas generaciones de este pueblo. Ahora bien, la Hermandad de San Antonio está compuesta hoy por elementos faltos de ese entusiasmo que hace falta para llevar a cabo para llevar la empresa. Ese entusiasmo impera únicamente en la juventud; por tanto, ella es la llamada a contribuir.
          Yo, desde esta columna a los jóvenes me dirijo para que, reaccionando contra tal decaimiento formen ello una asociación o Hermandad  llamada Juventud Antoniana. Esta idea, iniciada en este pueblo por nuestro digno párroco me parece muy laudable, y que esta fiesta del 13 de junio, lejos de desaparecer, tome más impulso, con lo cual el pueblo habrá dado un gran paso en el aspecto moral. Debe hacerse además por respeto a la tradición y como antes digo, en honor y agradecimiento al Santo patrón que tanto hace por la juventud.



 
           (Corporación municipal en 1928)
        En cuanto a la simpática Fiesta de la Flor celebrada por primera vez en este pueblo, me ha parecido digna de todo elogio, dado su laudable fin. Felicito a todos cuanto han contribuido, especialmente a las tres parejas de beldades que postularon, pues además de ser la nota más simpática de la fiesta por sus méritos físicos, pusieron a contribución su corazón magnánimo, que , influido por el más elevado altruismo y por la más ferviente caridad cristiana, constituyeron el rasgo más humanitario y de mejores sentimiento que en este pueblo se ha conocido. Sigan las jóvenes por este camino de la más pura y elevada moral, pues Dios admite en este reino a todo aquel que, como vosotras, cumple una de la más grande obra de misericordia: dar de comer al hambriento.
          Finaliza su crónica dando otras noticias sobre el pueblo, bajo el epígrafe de Viajeros: Después de haber cursado el primer curso de Magisterio y obtener brillantes notas en los exámenes correspondientes, ha regresado de Granada el aprovechado estudiante y estimado amigo nuestro, Don Facundo Frieros Murillo. Mi más cordial enhorabuena (Facundo era tío carnal de Manuel Gato Frieros (alias Flecha), y por aquellas fechas estudiante en el colegio del Ave María de Granada, una institución modélica fundada por el Padre Manjón, donde también tuvimos la suerte de estudiar don Antonio Carrascal Espino, don Agustín Jiménez Jiménez y el cronista que os escribe)
           De Alcázar de San Juan vino a pasar la festividad de San Antonio la respetable señora Doña Amparo Sáenz (antigua maestra de Trasierra y tía carnal de Ángel Maldonado Sáenz, el histórico barbero de Trasierra ) con sus preciosas hijas Sacramento e Isabel. También ha regresado de Sevilla después de pasar allí un larga temporada, la joven Cipriana Burgos Alcuescar. Sean bienvenidos.
Trasierra, 18/06/1925.
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