El partido de llerena a finales del XVIII

El partido de llerena a finales del XVIII

sábado, 21 de noviembre de 2015

HIGUERA DE LLERENA DURANTE LA DICTADURA DEL GENERAL PRIMO DE RIVERA


 

        Especialmente nos centramos en el bienio 1928-29, cuando, entre otros asuntos, se intentó cambiar el nombre de HIGUERA DE LLERENA por el de MARÍA CRISTINA, desentendiéndose de su ancestral historia y rindiendo honores al monarca reinante, Alfonso XIII, y a su madre, la ex reina María Cristina de Borbón Habsburgo-Lorena, viuda de Alfonso XII.

De 1928 hemos recogido algunas noticias de importancia que afectaron a la villa, gracias a la campaña publicitaria desarrollada por la Dictadura de Primo de Rivera, ya por aquellas fechas en horas bajas. En efecto, entre 1923 y principios de 1930, al régimen político que administraba España suele conocerse por el nombre de Directorio Militar, o Dictadura del general Primo de Rivera, tras el golpe militar llevado a cabo por este general el 13 de septiembre de 1923.

Tras el citado golpe, quedó en suspenso la Constitución vigente, el Parlamento y los partidos políticos, medidas que se complementaron con una ley de imprenta muy restrictiva. Y bajo estas circunstancias, el directorio militar y la monarquía constitucionalista reinante cohabitaban en una entente cordial, preludio de la segunda república.

Al amparo de este régimen surgió una especie de asociación o partido político único, la Unión Patriótica, que administraba una buena parte de los ayuntamientos extremeños, como el de Higuera de Llerena.

La administración encabezada por Primo de Rivera estaba ya muy cuestionada en 1928, lanzando la Unión Patriótica una campaña publicitaria inusual hasta entonces, como la insertada sobre Higuera, resaltando los logros y avances del Directorio. Esta circunstancia nos permite  acceder a interesantes datos y fotografías de la época (de escasa calidad, pero valiosas, por testimoniales), como las tomadas del periódico Correo Extremeño, edición del 13 de septiembre de 1928.
 



        Las escuelas, según recogemos del “Nuevo Día de Cáceres”, edición del 6 de septiembre de 1927, fueron solemnemente inauguradas el día anterior.

       


De 1929 tenemos otras noticias no menos interesantes. Así, hemos podido comprobar cómo el día 11 de marzo tuvo lugar una sesión extraordinaria del Ayuntamiento pleno de Higuera de Llerena, bajo la presidencia de su alcalde, don Francisco León Mérida (el del retrato). Asistieron, aparte del secretario (Antonio Aparcero León), sus seis concejales (AMHLl, Libro de Actas Capitulares de 1929, fol. 65).

El punto principal del orden del día se refería a la conveniencia de cambiar el nombre del pueblo, alegando que con frecuencia solía confundirse con el próximo de Higuera de la Serena…, argumento que se nos antoja endeble.  Proponía el citado alcalde sustituirlo por el de MARÍA CRISTINA, en honor de la madre de Alfonso XIII, el complicado monarca de triste recuerdo, que incendió el país y fue el primero en abandonarlo.



Para ello, alegaba:

-         Primero,  porque con ello se perpetuaba la memoria de una reina piadosa y cristiana, modelo de madre y esposa, que en años aciagos para la Patria supo llevar las riendas, atendiendo al mismo tiempo a la cultura y enseñanza de sus hijos.

-         Segundo, porque como saben los señores concejales la proximidad del pueblo con el de Higuera de la Serena, origina muchas confusiones en la correspondencia…

Los concejales aprobaron por unanimidad la propuesta del alcalde, felicitándole por su acertada iniciativa y tomando el acuerdo de que el expediente de la propuesta de cambio de nombre para el pueblo… sea remitido a la superioridad por conducto del Excmo. Sr. Gobernador Civil d la Provincia, por si tiene a bien darle el curso correspondiente y que, así mismo, se telegrafíe al Excmo. Sr. Mayordomo de Palacio para que lo ponga en conocimiento de S. M. el Rey, como prueba de adhesión y respeto.

        El alcalde, Paco León para los amigos, supo sacarle rentabilidad a la campaña publicitaria que la Dictadura llevada a cabo mediante el Correo Extremeño, periódico utilizado en Extremadura como órgano de expresión y propaganda del régimen dictatorial y su partido único, la Unión Patriótica, partido en el que se encuadraban la práctica totalidad de los alcalde de esta región. Así, en la edición correspondiente al 29 de abril de 1929, se insertó el siguiente artículo propagandístico:

       


Hasta el 7 de mayo siguiente no se volvió a tratar sobre este asunto en sesiones plenarias (AMHLl, Libro de Actas Capitulares de 1929, fol. 69 vto.) En este caso se recogía escuetamente la negativa de la superioridad a tal cambio, indicando que el expediente había sido devuelto por la Dirección General de la Administración, negativa también publicada en el BOP de Badajoz, argumentando lo posteriormente recogido en el Boletín de la Real Sociedad de Geografía, (tomo LXXI, 1931, pág. 273):

       
 


        Pero Paco León no desistió en su devoción por doña María Cristina, proponiendo levantarle un monumento en Higuera de Llerena, según se recoge en otro artículo propagandístico publicado en el Correo Extremeño.




 

 

 

martes, 17 de noviembre de 2015

DÍA INTERNACIONAL DEL CÁNCER DE PULMÓN



HOY HACE 9 MESES Y 13 DÍAS QUE DEJÉ DE FUMAR.

Después de un otoño complicado, en el que parecía imposible salir de un catarro…

TAMBIÉN HOY HACE 9 MESES Y 13 DÍAS QUE ME DIAGNOSTICARON UN CÁNCER DE PULMÓN.

Tras un largo mes de estudios, pruebas, visitas a médicos (…) y mucha, mucha angustia, más dolorosa la que generaba a mi alrededor que la propia…

HOY HACE 8 MESES Y 13 DÍAS QUE ME OPERARON DE PULMÓN, EXTIRPANDO MI LÓBULO SUPERIOR IZQUIERDO.

HOY HACE 7 MESES Y 15 DÍAS QUE INICIÉ LAS SESIONES DE QUIMIOTERAPIA

HOY HACE 3 MESES Y 9 DÍAS QUE TERMINÉ CON LAS SESIONES DE QUIMIOTERAPIA

HOY, 17 de noviembre de 2015, DÍA INTERNACIONAL DEL CÁNCER DE PULMÓN, la tecnología y los recursos humanos me están ayudando a superar la enfermedad.

YA SABES, FUMAR PRODUCE CÁNCER, MALOS HUMOS Y MALA CALIDAD DE VIDA

A  mí me ha tocado, PROCURA QUE NO TE TOQUE A TÍ

UN ABRAZO

lunes, 2 de noviembre de 2015

CEMENTERIOS



Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.

...
¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes,
tan solos los muertos.



...
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!
 
 Poemas de Gustavo Adolfo Bécquer

 

El 2 de noviembre, día de Todos los Santos, en los pueblos de este entorno cultural tenemos por costumbre recordar a nuestros muertos mediante una visita a los Cementerios o Camposantos, limpiando y adornando sus tumbas, y, si es preciso, viajando para ello a nuestro lugar de origen.

Esta tradición es relativamente moderna, pues la aparición de los primeros cementerios data de  1787. Con anterioridad, los enterramientos tenían lugar en las parroquias, ermitas, conventos y otros institutos religiosos, bien dentro de estos edificios sagrados o en sus alrededores más inmediatos, ocupando las sepulturas una posición más o menos preminente en función de  la consideración social que había tenido su ocupante.

La costumbre descrita, muy arraigada entre nuestros antepasados, chocaba frontalmente con los aires ilustrados que imperaban en 1787, que repudiaban esta tradición alegando lo insano de esta práctica, que en tiempos de epidemias podía facilitar su expansión, aparte del mal olor que solía reinar en los recintos sagrados.

Las primeras disposiciones emitidas sobre la necesidad de construir estas dependencias mortuorias más allá de las iglesias y ermitas corresponden a la Real Cédula de 3 de Abril de 1787, por la que Carlos III dispuso la prohibición de enterramiento en los templos y sus proximidades. Para ello, propuso  la construcción de recintos sagrados en sitios ventilados y a una distancia prudente de los núcleos urbanos, quedando circunvalado estos recintos con un muro lo suficientemente alto como para impedir la entrada de animales carroñeros que pudieran desenterrar los cadáveres. Sólo se contemplaban enterramientos en iglesias y ermitas para el caso de  la familia real, el clero y elementos notables de la sociedad.

No obstante lo legislado, la mayor parte de los núcleos urbanos de nuestro entorno, alegando dificultades financieras, incumplieron lo dispuesto al respecto. Por ello, a lo largo del XIX se siguió legislando sobre este particular, con nuevas disposiciones en 1799, 1806, 1833, 1834 y1840, que insistían en la necesidad de construir cementerios, dando para ello ciertas facilidades.



Sobre las disposiciones de 1799, hemos localizado la siguiente referencia en  el A.M. de Guadalcanal:

 
 


En el reglamento de 1833 se daba paso a una jurisdicción mixta eclesiástico-civil sobre estas dependencias, quedando los municipios con la responsabilidad de la construcción del nuevo recinto, mientras que su custodia pasaba a manos de las autoridades eclesiásticas.

A mediados del XIX, estando la provincia de Badajoz gravemente afectada por un brote de cólera morbo asiático,  una buena parte de sus pueblos seguían sin cementerio. Por ello, en el BOP de Badajoz, en su edición del 12 de marzo de 1855 aparece inserta la siguiente circular.




     
                     
                                  

En Reina, por un acuerdo 26 de junio de 1844 su cabildo sacó a subasta pública la construcción del cementerio, tasando la obra en 6.720 reales y publicando dicha subasta en el BOP de Badajoz, en su edición 3 de julio de 1844, según el texto que sigue:



Sin embargo, a la fecha de publicación de la circular de marzo de 1855, ya referida, aún no se había efectuado la obra, por lo que el pleno de 20 de mayo de 1855 volvieron a sacar a subasta  pública su construcción, según el anuncio insertado en el BOP de Badajoz,  edición de 27 de junio de 1855:

 


         Idéntico proceder tuvieron los capitulares de Azuaga (y de otros pueblos del entorno), acordando la construcción del cementerio durante el pleno de 24 de abril de 1856, según se publicó en el BOP de Badajoz, edición de del 9 de mayo de 1856.
 
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